El encanto de este valle está en un bosque de tejos milenarios que alberga, retorcidos y castigados por el paso del tiempo, que parecen sacados de una película de miedo.
La ruta comienza en un pequeño pueblo de la Ojeda, Vega de Bur, elegido por su ubicación, ya que la ruta pretendía otro regreso al realizado.
Desde este pueblo y tras unos pocos kilómetros de asfalto tomamos un desvío a la derecha y habremos de cruzar el río Burejo y nos dirigiremos a ascender una subida corta pero intensa, que nos tensará los músculos, ya que el terreno es un poco técnico, antaño era una pista de buen firme, pero la flora silvestre y los escajos la han cerrado. Al acabar esta subida es fácil perderse, ya que hay un tramo que hay que andar por terreno sin pisar. No tardaremos en coger una pista de muy buen firme que tras varios cruces nos llevará hasta el pueblo de Dehesa de Montejo.
Atravesaremos el pueblo y encontramos nuevamente la pista que nos lleva hasta la carretera nacional C-626. La atravesamos y justo enfrente vemos que la pista continua hacia la izquierda, la seguimos y cruzamos la vía férrea Bilbao-León. Ya no hay pérdida, esta pista se interna en el valle del Tosande. La pista que hasta aquí tenia buen firme se irá degradando poco a poco, volviéndose bastante pedregoso.
Una vez dentro del valle la pista desaparece y rodamos por el verde.
Según entramos rebasando los montes de la derecha se encuentra el embalse de Cervera.
El bosque de tejos se encuentra en una ladera a la izquierda en el sentido de la marcha de entrada, en la primera campa que se interna hacia la izquierda. Será necesario subir con la bici al hombro un rato para poder empezar a verlos.
En retorno del track al punto de origen se hace en esta ocasión por el sitio más rápido, la carretera.
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