El Cristo de Oreña

Para mi gusto en lo que a terrenos para practicar el mtb se refiere, los bosques de eucaliptos y las pistas que estos albergan son una opción divertidísima.

En esta ocasión nos dirigimos al Cristo de Oreña, zona bastante transitada. El Cristo de Oreña es algo curioso, porque en un alto de poca altura que ofrece unas vistas bonitas se erige un cristo de hormigón de dimensiones considerables, ahí pinado observado con pétrea mirada el mar y con los brazos extendidos como llamando a alguien. La verdad sea dicha, no tengo ni idea de quién y por que lo puso ahí, y me gustaría que si alguien sabe algo del origen de esta figura nos lo comentase, por eso de agregar algo de cultura al Blog.

La ruta no entraña especial dificultad, tras unos kilómetros por carretera desde Torrelavega hasta el alto de Cildad, tomamos el desvío que nos lleva a la ermita de San Roque; poco después de pasar esta tomamos una pista que gira a la izquierda y luego continua con la dirección que llevábamos antes del desvío. Seguiremos la pista, con atención porque podemos encontrarnos con vehículos de frente, es zona de rutas en quad, dejaremos esta pista en un cruce hacia la izquierda muy marcado y limpio, la bajada que se nos avecina es bonita, pero es habitual que este horadada por el agua y bastante húmeda, así que si no queremos acabar la ruta sin ver el Cristo, habremos de extremar las precauciones. La bajada acaba en un pedregal y poco después del dicho pedregal giraremos a la izquierda para subir al Santón.

Esta si que es de las que marcan, la subida es una de esas que te acabas fijando como una meta, el objetivo está claro, subirla del tirón. Todo un reto, ya que las piernas te acabaran por pedir tregua, pero aun te restarán unos metros para acabar, tu corazón te pide un respiro, ya casi vas a 200 ppm y tu cabeza te pide cordura cuando alzas la mirada para ver que te queda lo peor. No es larga, pero el terreno entre visita y visita cambia mucho y la piedra suelta no ayuda en absoluto. En fin que la subes solo cuando estas inspirado, pero se sube.

Si la vegetación lo permite compartiremos la panorámica con el Cristo, hoy no fue así.

El retorno lo haremos saliendo por pista, un sube y baja que acaba en una subidita un poco más larga pero que nos deja en la campa de la ermita.

Y para volver al origen nos lanzamos por asfalto ya, por la trepidante bajada de San Pedro hacia Torrelavega.

Enlace a Track